Historia
Gracias por haber llegado hasta aquí, eso quiere decir que me has leído y que eres de los pocos que culminan las lecturas. 

¿Productor Creativo / Creative Producer?
Definitivamente es una de las preguntas más frecuentes, en cuanto a mi ocupación. No todos saben qué es, pero si ven contenidos producidos por nosotros. Somos como la parte creativa detrás de muchas producciones audiovisuales y campañas de mercadeos
En fin, la verdad es que no me hice Productor Creativo de un día a otro, ni es el mayor de los títulos de una universidad. En realidad yo soy un productor creativo desde niño. Tan niño como los 7 años, no puedo decir que era un genio de la creatividad, pero si un soñador. Lo mejor de esos sueños es que comencé a construirlos desde esa misma edad.
Aquí la prueba …

En esa foto, había organizado mi primer evento (de varios), «el primer show«, donde mis primos fueron los artístas de la noche. Por una parte mi primo (Eduardo Henríquez – Co-Fundador de EL LAB) cantaba, mientras que mi prima hacia gala del baile.
Por supuesto, yo ni cantaba, ni bailaba; pero iba bien trajeado (como buen productor
).

Para ese evento contabamos con un telón (unas cortinas de madera que habían botado), una luces de árbol de navidad, una linterna que cuando se apagaban las luces yo los alumbraba y unos padres y tíos amorosos que nos aplaudían.
Durante años, mis vacaciones con mis primos fueron maravillosas. Ellos cantando, yo, a veces tocando instrumentos musicales y ofreciéndoles recitales a nuestra familia.
Gran parte de la influencia de quién soy, es porqué entre mi niñez y adolescencia hicimos varios s viajes a Disney World, los cuales abrieron mi mente y me hicieron ver un mundo que no sabía que existía.
Posteriormente con el pasar de los años, los sueños fueron cambiando. Imaginarme producir conciertos, crear un parque de diversiones temático y de ahí nace mi profesión base. Ya te contaré más adelante.
Algo curioso es que en mi casa yo siempre fui El Niño fotógrafo, el camarógrafo (con visor blanco y negro) que viajaba por un hueco sin color, pero la verdad es que me gustaba. Además, no hacía falta que me lo pidieran.
Mientras tanto, en mi adolescencia organicé una banda de rock, la verdad es que yo no era bueno tocando el piano, pero logré agrupar a mis compañeros más diestros con los instrumentos y… sacamos nuestra banda. No duró mucho, pero fue divertido.
También durante la adolescencia me postulé como presidente al Centro de Estudiantes de mi colegio. La cual ganamos. Ahí me encargué de producir mi primera campaña, conocer que era el marketing y ¿cómo y qué vender para triunfar? Además con recursos muy límitados.
Durante ese período, organizamos varios eventos recreativos que marcaron pauta en mi generación con competencias entre diferentes grados del colegio. También organizamos actividades deportivas y gincanas, otorgandoles premios a los ganadores. Hasta rifas nos tocó realizar para recaudar fondos. Como buen productor sabía que el dinero siempre es fundamental.
Ya de salida del colegio, me inscribo para estudiar ingeniería civil, y como dije antes, había una conexión. Era poder aprender a construir y crear mi propio parque de atracciones. Claro está, no es así de fácil, pero la intención es lo que cuenta.
Tras años de ejercer mi profesión, como Ingeniero Civil, era momento de aprender a reconocerme, a escuchar mi voz interior; por lo tanto me dediqué a realizar un lienzo de vida, que incluyera todo ello con la idea de descubrir mi verdadera vocación.
En este punto, había olvidado cuál era mi verdadera vocación. No me acordaba ya del parque de diversiones, de mis producciones caseras, del amor por la música (aunque no cantara ni fuera un buen pianista), de las grabaciones, de tomar fotografías y de soñar. Estaba metido en el trabajar para vivir. Reconozco que no me fue mal económicamente, sin embargo, no me sentía muy feliz.
Ya con la experiencia de ingeniería civil, con el reforzamiento de mis aficiones y estudiar marketing, finanzas y varias áreas del filmmaking me di cuenta que en realidad siempre había sido: un productor creativo.
A partir de ese punto, el de encontrar mi auto definición, los trabajos no paran. Creé junto a mi mejor amigo, y primo (el de la foto de arriba, Eduardo Henríquez), EL LAB Media, en donde hacemos justo todas estas cosas que nos apasionan y sentimos que dejamos huellas en la vida.
Nosotros creemos en la educación como prioridad para desarrollar a nuestros países latinoamericanos, y por ello EL LAB se centra en crear entretenimiento educativo, dos de nuestras pasiones. Y a ello nos comprometemos.
